Mi tercera noche en Amsterdam

Era mi primera noche libre en Amsterdam. Hacía tres días que había llegado. Comencé a trabajar el primer lunes de la semana. Las mañanas inician conmigo levantándome a las 6:15 am para estar en la estación de tren a las 7:05 y poder llegar a Amsterdam Centraal a las 7:40; el tiempo suficiente para tomar un café con Alessandro, mi compañero al que relevo en la recepción del hotel.

Mi turno termina a las 4 de la tarde. Hasta esa noche, siempre había tenido algo para hacer que me impedía salir a explorar más de la ciudad: el primer día fue llevar mis valijas del hotel hacia la casa donde ahora estoy viviendo. El segundo fue llegar temprano para hacer la lista del supermercado y efectivamente encontrar un negocio cercano donde comprar; y hoy, finalmente, una bellísima tarde de miércoles, estuve libre y con las ganas de salir a recorrer otro camino aparte del que hago desde la estación hacia el trabajo.

Esa mañana mientras viajaba en tren, vi en redes sociales que por la noche iniciaría un show de storytelling organizado por La Risa Dam —el único club de comedia en español de Amsterdam. Los seguía desde hace varios meses y me pareció la ocasión perfecta para salir por primera vez en la ciudad. Mi tercera noche, mi primer show en Amsterdam.

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Hay algo mágico de este lugar. No vi más que personas en bicicleta, caminando, sentadas en cafeterías conversando en distintos idiomas, luces de Navidad por casi todas las calles. Apenas te alejas de la zona más turística, podes ver cómo las personas viven su vida, relajados. Felices. Gezelligheid. Amé ver muchas personas y pocos autos.

Empezaba a hacer frío y el viento me volaba todos los pelos, por lo que decidí caminar hacia el bar El Duende, donde iniciaría el show en unas horas. Cuando me siento en la barra, saludo a la moza en inglés y ella me responde en español. Cuando me hablan en otro idioma que conozco, el cerebro me hace cortocircuito y empiezo a decir cualquier cosa. Le respondí en italiano, intenté corregirme en español pero me salió en inglés, y finalmente, cuando pude enhebrar una oración dije: Disculpá, viví un año en Italia, hace tres días empecé a trabajar en inglés y soy de Argentina.

No te preocupes, nos pasa a todos, me respondió con una sonrisa.

Me pedí unas cervezas y unas croquetas —dos croquetas en realidad porque estaban buenísimas. Poco a poco más gente iba llegando a la zona del restaurante y la puerta que llevaba a la sala privada se veía cada vez más tentadora. Luces, manteles rojos y un pequeño escenario con un micrófono. Mientras comía y esperaba, noté que en este bar de habla hispana había varios holandeses presentes. Me encanta.

Cerca de las 8pm fui a ubicarme en una mesa de la sala del show. En la última fila, donde podía pasar desapercibida y tener una buena vista de toda la situación.

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Vi llegar a un orador, al equipo de La Risa Dam y más público. Reconocí el acento de tres argentinos, dos españoles, un mexicano. Un chico que estaba solo se sentó conmigo y nos pusimos a charlar. Me contó que estaba en Amsterdam sólo de vacaciones e iba de noche en noche buscando lugares y actividades para hacer. En esta ciudad, esas cosas no faltan. Yo le conté que conocí a este grupo gracias a un youtuber venezolano y a una escritora argentina, cuando ambos en distintas oportunidades hablaron del único show de comedia y storytelling en español de la ciudad. Le dije que la escritora se llamaba Aniko Villalba.

El chico quería pedir una cerveza. Yo me negué gentilmente a su ofrecimiento de una, pero omití la parte de que ya había tomado dos hacía un rato. Cuando levanto la vista para buscar al mozo, veo que Aniko Villalba estaba en la puerta de la sala. Lo miro a mi nuevo amigo y le digo: ¡Es ella!

Sabía que Aniko vivía en Amsterdam pero no me esperaba verla esta noche. Automáticamente tomo el celular y le escribo a mi amiga que vive en Argentina.

romina ♡, [2 nov. 2022 22:49:50]:

ESTÁ ANIKO VILLALBA

Mavi Ginger, [2 nov. 2022 22:49:50]:

DÓNDE ME MUERO

Estás en el bar que querías ir?

romina ♡, [2 nov. 2022 22:49:50]:

sí

Mavi Ginger, [2 nov. 2022 22:49:50]:

ME MUEROOO ANIKOOOO

Boluda que LOCOOOO

TE CRUZASTE A ANIKO VILLALBA EL 3 DIA EN EL QUE VIVÍS EN AMSTERDAM

Es una SEÑAL

Tenés que decirle que sos de Argentina, que hace 3 días vivís ahí, y que te estoy diciendo que es una buena señal!!!

romina ♡, [2 nov. 2022 22:49:50]:

jajajjajaja

Mavi Ginger, [2 nov. 2022 22:49:50]:

Es que tengo el síndrome de Paris pegado en el cerebro

ME MUEROOOOOOO

Saludala

Y por el último libro que sacó

Tenés que saludarla porque es una buena señal

Mi amiga, como siempre, tenía razón. Desde hace un mes no dejé de tener buenas señales.

Todo inició el 6 de octubre cuando se cumplió un año desde que me fui de Argentina. Ese mismo día me asignaron el turno para gestionar mi pasaporte italiano. ¿Coincidencia? Quizás. Esa mañana estaba muy feliz cuando volvía a mi departamento, a pesar de que los últimos dos meses habían sido complicados porque no estaba encontrando trabajo, ni siquiera en alguna opción que no me gustase. Me estaba hartando del lugar, del idioma. Fueron semanas en la que todos los días me postulaba con muchísimas ganas a trabajos en Irlanda, Reino Unido y Países Bajos, y con un poco menos de entusiasmo en España, Portugal y dentro de la misma Italia.

Llegué a mi departamento, guardé el comprobante de gestión del pasaporte y prendí la laptop. Cuando abro el correo veo que tenía un mail de bienvenida al equipo del hotel. En Amsterdam. Hacía una semana había tenido una entrevista, pero mantuve mis expectativas bajas después de tantas otras entrevistas pasadas, avanzadas y fallidas. Acá me estaban dando la bienvenida. Había quedado.

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Me dieron mi pasaporte italiano un viernes y el domingo tomé un vuelo de ida a Países Bajos. El lunes empecé a trabajar, el miércoles estaba disfrutando de una noche de risas, buena compañía y humor. Fueron unas semanas donde sentí que las cosas finalmente empezaban a acomodarse. Estoy enamorada de esta ciudad y su gente. Todos los días conozco personas de lo más amables y gentiles que vi en mi vida. La sociedad neerlandesa no deja de maravillarme, y tener la posibilidad de vivir y trabajar acá no deja de sentirse como un sueño.

Al final de la noche me acerqué incómodamente a Aniko y la saludé. Creo que le dije un tercio de las cosas que en mi mente planeé decirle —al menos logré hablarlo todo en español— pero estoy contenta de haberme animado a hacerlo. Al final, creo que lo importante es eso: seguir las buenas señales que la vida te presenta.