Documentando en film 35mm – Kodak Pro Image 100

Técnicamente, el primer rollo de película 35mm que estuvo a mi cargo fue el de mi cámara point-and-shoot de plástico, en ese viaje a la cristalería de Santa Fe que hacemos todas aquellas criaturitas de primaria que vivimos en Rosario.

Ahora, en mis veinte y pocos, el Kodak Pro Image 100 es el primer film que vio la luz con mi Minolta SRT-100, una cámara de los años 70 que hasta hace poco pertenecía a mi papá.

Lo analógico tiene su encanto

Tomar fotografías con una cámara analógica requiere de aprender ciertas reglas básicas previo a disparar el obturador. Te obliga a pensar no solo en la técnica —que difiere un poco de la fotografía digital— sino también en la composición. Cada foto de las 36 diapositivas disponibles es especial.

Las fotografías analógicas están cargadas de significado.

Por un lado, la concentración está completamente enfocada en el momento de sacar la foto. Tras haber presionado el obturador, terminó la historia. No hay imagen digital que ver en pantalla, solo resta volver al momento presente que vivías previo a decidir tomar la fotografía.

La experiencia de usar la cámara analógica me permitió conectar y disfrutar más de la realidad, sin preocuparme en el mientras tanto por cómo salió foto o si debería sacar cinco versiones más «por las dudas».

Esta foto es la única que tomé de mi amiga Gaia —menos mal que salió bien expuesta— y verla nos recuerda que esa fue la mañana en la que la llamaron por teléfono para hacer su primer reemplazo como docente.

También me encontré distinguiendo momentos que merecían una foto analógica. No alcanzaba con usar el celular o la cámara digital. Sabía de antemano que la imagen tendría un valor especial; sólo porque la situación, las personas o el contexto lo ameritaba.

Aplicaciones y herramientas

Inicialmente anoté los datos de las fotos que tomaba en el bullet journal, pero tras estar en la calle sin fácil acceso al cuaderno y la lapicera, terminé implementando la aplicación Afilm. Es perfecta para llevar cuentas de las fotos capturadas en cada rollo y registrar valores de apertura de diafragma, velocidad de obturación, notas sobre la imagen e indicaciones de cámara y lente. ¡La aplicación recién inicia! Está en beta.

La compra del rollo y el revelado fueron hechos en Fotolandia, gente muy amable.

En cuanto al proceso de escaneo, hice lo que se llama DSLR Film Scanning. Básicamente fotografíe la película con mi cámara digital, colocando los negativos en un soporte y acercándome tanto como el foco me lo permitiera.

Y para convertirlas a positivo, utilicé Negative Lab Pro, un plugin de Lightroom que salva vidas y preserva la cordura.

De acá en adelante

Seguiré experimentando con distintos films —próximamente un FUJIFILM vencido en 2010— y «veré qué sale».

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