Conflicto gremial: Los docentes universitarios

Mayo acaba de iniciar y junto a él, el campo de guerra está en su punto de ebullición. La batalla se desató: por un lado los docentes universitarios tienen su objetivo claro. El gremio busca lograr un 35% de aumento salarial, situación muy complicada debido a que el gobierno solo ofrece un incremento del 22%. Ni una paritaria se ha acordado, y el año lectivo acaba de comenzar. No es la primera vez que vemos esta situación generalizada en nuestras provincias.

Desde hace mucho tiempo los paros realizados por docentes universitarios siguen siendo un tema de relevancia al inicio del año. Cada alumno o padre sabe que este “tire y afloje” entre el gremio y el gobierno volverá a repetirse.

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Dead Poets Society, con Robin Williams como protagonista.

Es de público conocimiento que el salario docente no es el más generoso, siendo (sin intención de desmerecer) relativamente inferior en comparación a otras profesiones, teniendo en cuenta la formación de alto nivel que poseen los mismos. Cabe destacar la importancia de los profesores en su labor para que la Universidad Pública siga en marcha, manteniendo su relevancia académica. Cada año los docentes demuestran su perseverancia constante al ejercer su derecho, reclamando un salario más alto a cambio del valor de su fuerza de trabajo en un empleo remunerado. Otros gremios, a su vez, aprovechan la situación para realizar manifestaciones reclamando un aumento salarial, como es el caso de la Unión Obrera Metalúrgica.  

Es necesario recordar los problemas económicos que nuestro país está atravesando. La inflación, junto a una moneda devaluada, trajo como consecuencia un aumento en los precios del mercado e impuestos, requiriendo así un porcentaje más alto del capital mensual. Administrar el dinero día a día se transformó en una tarea más dificultosa, donde un sector de la población comienza a buscar empleo o manifestarse, como es el caso de la COAD.  

Pero no son sólo los docentes quienes se ven afectados. La preocupación es casi tangible en los estudiantes, quienes como consecuencia de los reclamos han perdido no sólo días de clase, sino también semanas. El tiempo libre invade la agenda y es recomendable saber administrarlo. Sin dejarse llevar por las tentaciones ofrecidas por el mundo del cine y las series, deben mantener al día las lecturas, resumir y comenzar a estudiar para llevar el ritmo necesario a la hora de rendir los primeros parciales. Sin embargo, cuando surgen dudas, los estudiantes buscan satisfacerlas para que no entorpezcan el estudio.  

Las nuevas tecnologías colaboran para no sumergirse en la desesperación. Profesores y ayudantes de cátedra no pierden el contacto con sus estudiantes. A través de Internet, nos conectamos con los blogs, las casillas de correos y los grupos. Los estudiantes siguen en movimiento, enviando sus trabajos y despejando incertidumbres. Estos últimos corren con una gran ventaja. A diferencia de unos 30 años atrás, cuando los jóvenes veían más dificultosa la tarea de contactarse con un profesor. “Me fui hasta facultad y tuve volverme” era una frase más usual, cuando el grupo de Whatsapp no te salvaba de subirte a dos colectivos, llegar y encontrarte con la noticia de que no se dictarán clases.

El poder del gobierno nacional sigue siendo un adversario complicado para el gremio. Mientras la Asociación Gremial de Docentes e Investigadores plantea sus disconformidad en las negociaciones, las autoridades del Estado ponen en juego sus conveniencias. Aumentar el salario de todos los docentes del país implicaría pérdidas considerables de dinero bajo su control.   Solo resta esperar y estar al tanto de las noticias. Seguir las actualizaciones diarias con la esperanza de que los conflictos concluyan. actualizaciones diarias con la esperanza de que los conflictos concluyan.

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